Los niños y adolescentes se convertirán en ciudadanos democráticos y participativos, solo si se los considera capaces de ello. Quienes utilizan el argumento de la “vulnerabilidad” de los niños respecto de los medios de comunicación, solo buscan justificaciones para negarles una voz y participación
en la sociedad. (Buckingham, 2003). El desafío de esta enseñanza es transformar los medios e Internet en foros públicos de debate, análisis, interrogación y participación social.
La Educación para los Medios en América Latina –hoy y siempre- debe ser un espacio para la reflexión, para el ejercicio del pensamiento crítico y, sobre todo, el lugar que permita a los alumnos ir más allá del aula, fortaleciendo el compromiso social con la vida pública de su comunidad.
Los estudiantes deben estar convencidos que el cambio es siempre posible y que ellos tienen un rol importante que cumplir. Sólo así, la Educación para los Medios será una verdadera Educación para la Democracia.