Podemos apropiarnos educativamente de los medios masivos y las TI (en esta ocasión con el Mundial) y así ayudar a desarrollar una visión integral de cambios en las prácticas de aula.
En la historia de la relación entre la comunicación y la educación -en especial desde el siglo pasado- se da una constante: cada vez que emerge un nuevo dispositivo de comunicación anclado en la ficción o en la información, surge la inquietud por utilizar dichos medios en las prácticas educativas. Si la comunicación masiva sirve para difundir las noticias y/o la entretención, ¿por qué no vehicular contenidos propiamente educativos? El entusiasmo inicial marca los primeros intentos de experimentación. No obstante, con el pasar del tiempo y las primeras dificultades, no todos están muy convencidos de la eficacia del uso de los medios de comunicación en la educación formal. Es probable que esto tenga que ver con una aproximación mecanicista; es decir, reemplazar los contenidos de entretención por una clase mediante, por ejemplo, de la televisión.
En ese caso se considera a los medios de comunicación como simples “canales”, vale decir, es cuestión de cambiar un contenido por otro o a la profesora por la televisión. No se llega a comprender que los medios masivos implican una gramática medial, por tanto son útiles para hacer narraciones respetando las formas específicas de construcción de relatos y los recursos particulares de cada medio. En el caso del audiovisual, está demostrado que sirve más para tratar un tema e interesar a los estudiantes por un contenido, que simplemente parar-un-docente-frente-a-una-cámara-a-hacer-clases, como si estuviera en una escuela. Esa fórmula no resulta atractiva para una generación como la actual, acostumbrada a exponerse a varios medios y Tecnologías de la Información a la vez, generando usos tipo multitareas.
Tampoco es efectivo suponer que sólo con un contenido audiovisual se pueden generar aprendizajes. Está comprobado que es indispensable contar con docentes que contemplen este material dentro de sus planificaciones. El audiovisual es un recurso útil sólo si va acompañado de otras acciones pedagógicas. Un valioso ejemplo en este sentido es la propuesta de Novasur del Consejo Nacional de Televisión (www.novasur.cl/sistema/index.php).
Hace ya un tiempo que se debate, experimenta y evangeliza sobre los potenciales beneficios de las Tecnologías de la Información (TI) de carácter digital en el trabajo escolar. En este caso se reproducen los mismos errores del siglo pasado (años 20) con el cine. Se tiende a pensar que es “la” solución para los cambios positivos en las prácticas pedagógicas. No obstante, existe evidencia -como lo ha referido José Joaquín Brunner (www.brunner.cl/)- de que las TI no mejoran por sí mismas las tareas propias de la educación.
Sin embargo, hay excepciones. Tal es el caso del trabajo de Ana García Sans en la revista Re-presentaciones de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago de Chile (ver acá).
Expone una experiencia a nivel universitario utilizando Facebook. Lo interesante del trabajo es la utilización de la web 2.0 considerando varias dimensiones: rol específico del docente, diseño educomunicativo para la participación activa de los estudiantes bajo la modalidad de aprendizaje colaborativo. Además, asume que no sólo es una propuesta reducida a lo “tecnológico”, es necesario que los actores del trabajo en aula, en este caso docentes y estudiantes, se embarquen en una experiencia formando equipos, negociando y, en especial, con una predisposición para que los alumnos dejen de ser tales (sin luz) y se transformen en reales protagonistas del aprendizaje. De esta manera se logrará generar reales cambios aplicando las prácticas educomunicativas.
Ahora que viene el Mundial de Fútbol y los niños/adolescentes estarán pendientes de los avatares de nuestra selección, cabe preguntarnos: ¿cómo usaremos esta energía y motivación para desarrollar nuestros planes y programas vinculándolos con lo que ocurre en el mundo de las pantallas? Podemos apropiarnos educativamente de los medios masivos y las TI (en esta ocasión con el Mundial) y así ayudar a desarrollar una visión integral de cambios -a través de la comunicación mediada- en las prácticas de aula. ¿Cómo hacerlo?… en la próxima columna lo abordaremos.