El artículo asume la hipótesis de que la educomunicación se consolida como campo de diálogo que moviliza grandes
estructuras. Identifica cuatro movimientos que se articulan para garantizar su especificidad: la recepción calificada, la
educación popular, la articulación colectiva para el cambio social y, a partir de años recientes, el reconocimiento de la
educomunicación como derecho de todos alcanzado tanto mediante acciones de un sinnúmero de organizaciones no
gubernamentales que la asumen como metodología de acción, como mediante planes globales de políticas públicas. Analiza,
entonces, varios proyectos en Brasil que intentan transformar la escolarización mediante procedimientos cercanos al
sentido dado al concepto educomunicación por el movimiento popular.