Conclusiones de las jornadas
celebradas por el Observatorio de Contenidos Televisivos Audiovisuales (OCTA), tituladas CÓMO COMO (Madrid, 2 marzo 2010)
Octa es una iniciativa de la sociedad civil cuyo
objetivo fundamental se centra en garantizar los derechos de la
infancia y de la juventud en su relación con los diferentes medios y
sistemas de comunicación.
LA ANOREXIA, LA BULIMIA O LA
VIGOREXIA, SON LAS ALTERACIONES MÁS FRECUENTES EN LAS JÓVENES ENTRE LOS 12 Y
LOS 20 AÑOS
Los jóvenes copian los
patrones alimenticios y de conducta que ven en las pantallas
Madrid, 2 de
marzo de 2010
La televisión es el medio con mayor poder persuasivo. Los anuncios de
productos light, pastillas para adelgazar, tratamientos adelgazantes, junto con
la muestra de la envidiable vida de las modelos que las jóvenes quieren imitar,
es un cóctel molotov en la mente de las adolescentes. La enorme influencia que
ejercen los medios de comunicación sobre los menores y su alimentación es un
patrón que debe tenerse muy en cuenta.
Según los datos ofrecidos por expertos, que han participado en las
jornadas celebradas por el OCTA, tituladas CÓMO COMO, la sociedad tiene la
obligación de valorar que entre el 5 y el 10 por ciento de los jóvenes que
sufren estos trastornos alimenticios graves mueren por inanición, suicidio u
otros trastornos.
Desde Internet se difunde no sólo el ideal de belleza actual; la
delgadez, sino que también se promocionan trastornos de la conducta alimentaria
como la anorexia y bulimia nerviosas, que aparecen en páginas web al alcance de
cualquier chico o chica, adultos o menores.
Es imprescindible establecer una serie de
hábitos sanos frente a lo que consideremos inoportuno, máxime teniendo en
cuenta que muchos adolescentes comen solos enganchados a la pantalla. En este
punto los expertos detectan una situación de riesgo que puede conllevar a que los
jóvenes desarrollen, en un futuro, un trastorno alimenticio.
Por ello, es prioritario trasmitir
adecuadamente los valores de la alimentación. Otra de las conclusiones de las
jornadas indica que “muchas de las cosas importantes que hacemos gira en torno
a la comida, que además, tiene un gran valor social. Cada generación es
responsable de transmitir este patrimonio a sus hijos, y esto debe formar parte
de la Educación con mayúsculas”. Este legado tiene una estructura: cómo
comemos, horarios, hábitos, tipos de alimentos, elaboraciones, cantidades,
tiempos de cosecha y consumo, celebraciones, entre muchos otros.
La culpabilidad de los medios de comunicación
quedó sobre la mesa, en esta jornada. La publicidad, las series juveniles,
Internet, o cualquier otro medio pueden tener una influencia positiva o, por lo
contrario, negativa en el mensaje que dan a los y las jóvenes.
Las conclusiones extraídas de las jornadas son
muy preocupantes. En base a ellas el OCTA pide a los emisores que eviten la
emisión de contenidos, tanto de programas, como comerciales, que puedan incitar
o fomentar estos trastornos alimenticios. A las administraciones se les
solicita una mayor vigilancia en este aspecto, tan perjudicial para los menores.
Visitar: http://www.octa.es
Para ampliar información pueden contactar con Ana Etchenique. Teléfono: 619 955 277